Egresados. Kit de supervivencia en el mundo editorial: lo que no le enseñan en la carrera

Egresados. Kit de supervivencia en el mundo editorial: lo que no le enseñan en la carrera

“Cada vez que haces caer en cuenta a un contratante de que te está cambiando las reglas del juego, no solo estás protegiendo tus propios derechos, y haciendo respetar tu tiempo y tu trabajo sino que también estás previniendo que más personas caigan en esta red de semi-esclavitud contemporánea”. Esta es una de las máximas del Manual incluido en el Kit de supervivencia en el mundo editorial. Lo interesante (y útil) es que el manual también habla detalladamente de esas reglas del juego, cómo identificar que se están vulnerando los acuerdos y por qué es importante pararse en la raya y exigir cumplimiento.

A finales del año pasado, 2019, tres de nuestros egresados de Literatura, socios de Serifa Editores, lanzaron el Kit que está pensado para que correctores de estilo, traductores y editores se enteren de las condiciones laborales que deben exigir y los precios justos por lo que hacen.

 

Camilo, Lina y Natalia

Serifa versión beta inició en 2014 como una bolsa de trabajo entre seis amigos egresados de Literatura. La idea era que “si alguno conseguía un proyecto grande, nos lo podíamos dividir y entre todos podíamos hacer cosas mucho más grandes que si fuéramos solos”. Mientras que empezaba a prosperar la idea, tres de ellos tomaron sus camino y quedaron los actuales socios de Serifa: Natalia Torres, Lina Duarte y Camilo Casallas.

“En Serifa ninguno tenemos una maestría en edición y aun así vivimos de eso. Nuestro camino ha sido el camino práctico. Hemos aprendido en la marcha, de los errores que hemos cometido y de la experiencia de los demás”.

Natalia Torres

Egresada en 2012

Decidió estudiar Literatura porque: le gustaban mucho los libros y escribir, aunque nunca ficción. La tenía clara desde el colegio. Estaba tentada por irse por el lado del periodismo.

Lo mejor durante el pregrado: los buenos amigos y la clase “Bohemios, dandies y otros decadentes”, entre varias en las que había una discusión activa.

Al recibir el título: ya tenía claro que quería trabajar en el sector editorial, aunque sabía que este campo de trabajo “es complicado porque no hay muchísimo espacio para todo el mundo, no hay tanto trabajo”, pero no tenía idea de por dónde empezar.

Camilo Casallas

Egresado en 2013

Decidió estudiar Literatura porque: “era lo que tenía que hacer, no había otra cosa para mí en ese momento”. Escribe desde los 15 años, especialmente, poesía y cuento.

Lo mejor durante el pregrado: no era lo que esperaba y eso le gusto. Tomó elementos de la teoría y la crítica literaria para alimentar su escritura.

Al recibir el título: el plan era seguir escribiendo, así no fuera un asunto profesional. Era lo que sí tenía claro, porque “cuando uno sale de estudiar cualquier humanidad no sabe qué diablos va a hacer, no hay una preparación para ese momento”.

Lina Duarte

Egresada en 2012

Decidió estudiar Literatura porque: aunque siempre pensó que iba a estudiar medicina, se dio cuenta de que lo que le interesaba era la gente y sus historias, no la medicina. “Le delegué la responsabilidad de pensar qué iba a hacer después con un diploma de Literatura a la Lina del futuro”.

Lo mejor durante el pregrado: tomar clases de todas las carreras, conocer personas muy interesantes y que, además, “los libros que leí me formaron como ser humano”.

Al recibir el título: “no tenía idea”, pero varios de sus amigos la introdujeron poco a poco al mundo de la edición a través de cursos no formales y proyectos.

Desde el principio (y antes de juntarse en 2014) dieron con obstáculos como la incertidumbre en cuanto a las tarifas cuando hacían una corrección de estilo o la edición independiente de un texto. Ahora, como cuenta Lina, “en Serifa ninguno tenemos una maestría en edición y aun así vivimos de esto. Nuestro camino ha sido el camino práctico. Hemos aprendido en la marcha, de los errores que hemos cometido y de la experiencia de los demás”.

Sin embargo, se dieron cuenta de que esa manera de aprender a defenderse en este tipo de trabajos, es la que aprovechan los empleadores para contratar recién egresados en condiciones injustas. Además la industria sufre de la carencia de colaboración entre profesionales, es decir, de un gremio al que se pueda acudir o que ayude a regular las condiciones de las personas que trabajan en el sector editorial.

“Desde que empezamos a hablar, aunque esto vino a manifestarse hasta ahora con el Kit, sí teníamos esa preocupación de cómo lograr establecer un gremio y poner unos acuerdos en cuanto a precios. Unirnos. Esa fue siempre la idea, además de lograr trabajo justo y ciertas buenas prácticas”, explica Natalia.

 

El Kit de supervivencia

El año pasado, nuestros egresados ganaron la Beca de laboratorios para la economía naranja del Ministerio de Cultura, con lo que sacaron adelante la investigación y el proyecto que se refiere francamente a la que había sido La Preocupación por más de cinco años. El Kit de Supervivencia en el Mundo Editorial tiene una premisa simple que resume la solución a esa preocupación: “es una colección de herramientas y contenidos que sirven como guía para buscar condiciones de trabajo más dignas, salarios más justos y mayor comunicación en los gremios de la traducción y la edición colombianos”.

El 28 de abril, Lina, Natalia y Camilo participaron en las Charlas abiertas que la Facultad de Artes y Humanidades ha ofrecido desde la semana santa de 2020 en el contexto de la pandemia.

Las experiencias propias orientaron la investigación para desarrollar el Kit. “Lo que vimos fue que las personas no tienen ni idea de cuánto cuesta el trabajo y además de eso, no tienen muy claro a qué tienen derecho cuando trabajan por prestación de servicios”, cuenta Lina. Esa confusión es el punto crítico porque, según los aprendizajes de Serifa para este proyecto, 90% de las personas que trabajan en el sector editorial tiene un contrato de prestación de servicios o no tienen contrato. “Lo que es basicamente los mismo”.

El Manual de Supervivencia, una de las herramientas del Kit, explica con detalle todo lo que el contratista debe saber para, literalmente, sobrevivir en una industria que se ha desarrollado mientras sigue sin incluir a muchos de sus empleados en las nóminas de las empresas.

El Manual define para dummies lo que es un contrato laboral, lo que no y cuáles son las condiciones legales a las que se ciñe el renombrado contrato de prestación de servicios. También ayuda al lector a comprender las partes que componen un proyecto, en caso de trabajar como independiente, en qué consiste una cotización y, por supuesto, una tabla de tarifas con muchas de las variables que editores, correctores y traductores deben tener en cuenta para valorar su trabajo.

“Uno sale de literatura sabiendo leer y escribir, pero no qué impuestos te van a hacer, no sabes qué es una planilla, cuánto se paga de seguridad social y eso es algo por lo que tiene que pasar todo recién egresado” Estos costos, además de explicarse en el Manual, se tuvieron en cuenta para ofrecer otra de las herramientas del Kit: la Calculadora.

Como se explica en el Kit, la Calculadora va a dar un resultado, que es lo que usted debe cobrar para pagar impuestos, salud, pensión, ARL y después de eso, quedarse con una cantidad que le permita vivir. Tiene en cuenta el tipo de trabajo, la extensión y el tiempo con el que se dispone para realizarlo.

“Son precios que no son descabellados”, afirma Natalia. “¿Por qué para un literato tiene que ser normal graduarse y ganar tres veces menos que un administrador de empresas? Nosotros pensamos que este kit es muy importante para nuestra industria y nuestro gremio, porque el administrador, a diferencia del literato se gradúa sabiendo un montón de cosas prácticas que nosotros no. Un administrador sabe cuánto vale su trabajo, por ejemplo, sabe que no se conforma con 3 pesos y sabe qué impuestos le van a descontar, entonces nosotros queremos complementar esas cosas que tal vez en nuestras carreras no aprendemos para salir a ganarnos 2 pesos, solo porque es “lo que se usa””.

El Kit de Supervivencia en el Mundo Editorial está complementado con un par de conversatorios con editores, correctores de estilo y editores con experiencia en el sector y, finalmente, un buzón que los usuarios pueden usar para contar sus propias experiencias, hacer preguntas o aportar sus conocimientos al Kit.

Los socios de Serifa piensan que el Kit de Supervivencia editorial debe encaminarse para convertirse en un proyecto educativo que haga más accesible el conocimiento material de cómo trabajar en Colombia. “Este Kit es lo que nosotros recién graduados nunca tuvimos y hubiéramos querido tener”.